Por ARQ. y M.A. Luis Manuel Alejo Ramos
A través del tiempo y de su existencia, el hombre a intentando instintivamente embellecer su contexto y su entorno desde el mismo momento en que comprendió que necesitaba de un habitáculo para su resguardo, protección y supervivencia; esto nos hace pensar incluso, en la decoración de las paredes de las cuevas con lenguaje de expresiones a través de pinturas primitivas.
En la actualidad, el diseño, la decoración y la innovación de nuestro hábitat, constituye para muchas personas, una necesidad extraordinaria de expresión y creatividad, los medios de comunicación ahora desempeñan un papel importante en la formación e información sobre diversos aspectos que involucran conceptos claves de interiorismo. A medida que el ritmo cambiante de vida de nuestra sociedad se ha ido acelerando, proporcionalmente también se ha ido intensificado la idea de que el lugar de la actividad humana, ya sea, casa, oficina, zonas de esparcimiento, etc., tienen su importancia en la escencia de su aspecto y la composición de su propia atmosfera. En algunos casos, “cambiar de estilo” es incluso un símbolo de estatus, de máxima expresión o hasta de riqueza, clase, personalidad e identidad.
El interiorismo es entonces la disciplina encargada para conceptualizar, diseñar y proyectar espacios, relacionando la necesidad primordial de habitabilidad en conjunto con las emociones del usuario y el capricho de formas, colores, materiales, texturas, iluminación y ubicación geográfica, respondiendo siempre a las necesidades del ser humano en función de un planteamiento estético específico. El diseño de interiores es polifacético y exige eficiencia y disciplina, es también una ciencia que pretende entender el comportamiento de las personas para crear espacios funcionales dentro de la cotidianeidad del hombre, por lo tanto, se deben poseer cualidades comerciales, conducta flexible y un alto sentido de sensibilidad artística.
Entonces, ¿Cómo debemos de actuar?; es recomendable que al tomar una decisión para cambiar la decoración, diseño, distribución o incluso ambiente de determinadas zonas de un espacio, nos cuestionemos frente a un vacío de ideas y conocimientos: ¿Cómo reorganizar el espacio?, ¿De qué manera distribuir el mobiliario?, ¿Qué colores o texturas elegir?… El proceso de diseño, nos permite llevar a cabo acciones que solucionen una situación mediante procesos que permitan llegar a un resultado adecuado.
El proceso de diseño puede construirse por la liga del conocimiento obtenido y debe apoyarse en esquemas que lleven a una digna materialización de la idea. Hoy en día, el diseño está de moda y es tendencia. Exploremos de manera exquisita la versatilidad que nos brinda esta ciencia proyectual y disfrutemos de las satisfacciones y vivencias tremendamente enriquecedoras de lo que nos deja el concepto polisensorial del espacio habitable.
“La exclusividad en la arquitectura o en el diseño es una solemne tontería que sólo un inconsciente puede difundir hasta convertirlo en una pretenciosa realidad…” – Iván Cotado. –